sábado, 24 de agosto de 2013

El Privilegio de entrar al Trono. Hebreos 9

Entrar a cualquier oficina de alguien importante es difícil de hacerlo, entrar a la oficina o al lugar donde vive el presidente de la republica también es algo complicado para cualquier persona del pueblo. El que nos permitan entrar a cualquiera de esos lugares seria en verdad un privilegio maravilloso.
La oración es el medio por el cual nosotros los cristianos podemos entrar directamente a la presencia de Dios. Hoy es tan común postrarnos a orar que para muchos cristianos ya es una rutina.
¿Pero sabes una cosa? Esto no siempre fue así. En la antigüedad los únicos que tenían este privilegio eran los sacerdotes. Hebreos 9: 6-7 “Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;
9:7 pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;

Los sacerdotes del Antiguo Testamento fueron elegidos por Dios, no por auto-elección; y ellos fueron escogidos para un propósito: servir a Dios con sus vidas por medio de la ofrenda de sacrificios. El sacerdocio servía como una ilustración o “tipo” del futuro ministerio de Jesucristo... ilustración que después ya no fue necesaria, una vez que Su sacrificio en la cruz fue consumado. Cuando el grueso velo del templo que cubría la entrada al Lugar Santísimo fue partido en dos por Dios, al momento de la muerte de Cristo (Mateo 27:51), Dios estaba indicando que el sacerdocio del Antiguo Testamento ya no era necesario. Ahora los creyentes podrían venir directamente a Dios a través del gran Sumo Sacerdote, Jesucristo (Hebreos 4:14-16). Ahora ya no hay mediadores terrenales entre Dios y el hombre, como existieron en el sacerdocio del Antiguo Testamento (1 Timoteo 2:5)
Lo más maravilloso es que ahora todos podemos entrar al trono celestial, la razón es simple, nosotros somos considerados sacerdotes del Dios altísimo. 1 Pedro 2: 5-9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable
A través de la oración podemos entrar a la presencia de Jesucristo. El problema es muchos creemos que la oración es solo para pedir, para exigir un milagro, estamos tan ocupados reclamando que no podemos disfrutar de la hermosa presencia de Jesucristo en nuestro corazón.    
Una de las condiciones para que Jehová nuestro Dios conceda los anhelos de nuestro corazón es si aprendemos a deleitarnos en el. Salmo 37: 4 “Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
No podemos lamentarnos por nuestra condición, renegar por lo que nos está pasando y a la vez deleitarnos. Cuando entres en oración preséntate con agradecimiento, luego preséntale tu problema, pero no te detengas en ese problema, déjalo en las manos maravillosas de Jesucristo y disfruta el estar en el trono celestial.
El sueño de David era estar en el templo del señor para poder contemplar la hermosura de Jehová. Salmo 27: 4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
La oración es un regalo maravilloso  de Jesucristo para que a través de ella podamos entrar a su presencia, disfruta esos momentos maravillosos de intimidad con nuestro amado.




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